¿Sientes que has llegado a un punto de estancamiento donde, sin importar lo que hagas, no consigues superar los obstáculos? 

Hay momentos en la vida en los que todo parece ponerse en contra, y perdemos la esperanza. Dudamos de nosotros y de los demás, nos sentimos sin fuerzas y sin ánimo. 

Pero es en momentos como estos cuando elegir el crecimiento interior tiene más valor. Si puedes tomar la decisión de confiar en ti, cultivar la bondad y el amor en tu corazón, tener fe cuando todos los demás desconfían, entonces volverás al camino correcto. 

Cuando miramos a nuestro alrededor, queda claro que muchas personas están haciendo todo lo posible para vencer sus miedos y despertar espiritualmente. Entonces, ¿cuál podría ser una manera más natural de conseguirlo?

Siguiendo los dos pasos que voy a compartir contigo hoy, notarás un cambio poderoso en tu vida. No puedo prometer que todos tus problemas se resolverán, pero estoy seguro de que te ayudarán a recuperar la confianza y el entusiasmo por el autocrecimiento. 

Paso 1: Aléjate de la perspectiva de la víctima

Me he dado cuenta de que una de las mayores barreras para el crecimiento personal es el hábito de vernos a nosotros mismos como una víctima. A menudo, parece mucho más fácil culpar a otros por nuestro propio sufrimiento. 

Detrás de los ojos de la víctima, todos o todo es un enemigo potencial, la razón de nuestro fracaso o de nuestros problemas. Esta mentalidad nos arrastra a energías inferiores que a su vez atraen negatividad a nuestro entorno. 

Si empezamos a mirar más de cerca, nos daremos cuenta de que vivimos en conflicto mental y emocional con nuestra realidad externa. Esto ofrece muy poco espacio para habilidades humanas importantes como la curiosidad, la creatividad y la comprensión. Dicho esto, como cualquier otra persona, a veces todavía me pongo en situaciones incómodas en las que pienso que los demás son mis enemigos; esta mentalidad es responsable de sentimientos de duda y miedo que consumen discretamente nuestra mente y cuerpo. Sin embargo, al fomentar la conciencia, he podido evitar una y otra vez la mentalidad de víctima. 

La forma de hacerlo es simplemente asumiendo la responsabilidad de todos los acontecimientos en nuestra vida diaria. Recuerda muy bien lo siguiente:

Cada pensamiento que llega a nuestra mente y cada evento que ocurre en nuestra vida tiene una razón en el momento presente, y debemos responsabilizarnos por ello. 

Pero, ¿qué significa esto? Quiere decir que nuestro crecimiento personal depende de nuestra capacidad de estar presentes y cuestionar el impacto de nuestros pensamientos y acciones a nuestro alrededor. 

Este pensamiento consciente nos permite descifrar mensajes ocultos que pueden guiarnos. Nuestra realidad deja de ser un campo de batalla y se convierte en un patio de recreo lleno de posibilidades. Descubrimos que no estamos limitados a ideas, conceptos y hábitos. 

Esta nueva perspectiva naturalmente nos llevará a convertirnos en quien queremos ser. La clave es confiar en la atención plena para que encontremos la libertad mental. 

Paso 2: Vive con la intención correcta

La segunda clave para acelerar el crecimiento personal es la práctica de las intenciones. Ser conscientemente responsables de nuestra realidad nos da apertura y espacio para llevar a cabo nuestro autodesarrollo, pero es igual de importante encontrar una dirección en la que apuntar a nuestro crecimiento. 

Las intenciones son esa dirección en nuestro camino hacia el autodesarrollo. Son un deseo fuerte que nos conecta con nuestro sentido superior del ser o propósito.

Por lo tanto, la cualidad de poner una intención clara y fuerte a todo lo que hacemos es una forma de conectar con una inteligencia superior. 

Crear intención en nuestra vida es una práctica personal de pensamiento profundo. Para encontrar nuestras intenciones, tenemos que cuestionar constantemente el significado detrás de nuestros pensamientos y acciones. Por lo tanto, la práctica de la intención significa dos cosas: trazar una dirección veraz para nuestra vida y vivir de acuerdo con esa dirección.

Necesitamos comenzar a preguntarnos: ¿qué nos ha estado dando un sentido más profundo de conexión con la tierra últimamente? ¿Eso está ayudando a los demás? ¿Está enseñando algo a los demás? ¿Es la expresión de nuestra propia creatividad por medio del arte, o algún deporte? Hay tantas respuestas posibles para cada uno de nosotros que no podría mencionarlas todas.

Pero, cuanto más nos cuestionemos, mayor será el número de señales que vamos a encontrar. Así, con una mente abierta, podemos detectar fácilmente nuestras intenciones. 

Una vez que se den a conocer, necesitamos encontrar el coraje para compartirlas con las personas que nos rodean. Un gran comienzo es elegir a las personas con las que nos sintamos más cómodos. Eventualmente, intentaremos expandir el círculo. 

Poco a poco, veremos que nuestras intenciones se convierten en nuestra realidad. Esto puede requerir ciertos cambios en nuestra vida, nuevas decisiones y hábitos, pero todo esto va a sentirse natural porque ahora somos conscientes de cómo se alinean con nuestro propósito.

Personalmente, he experimentado lo poderosa y mágica que puede ser la práctica de las intenciones. Me llevó a una transformación interna que se reflejó en un cambio rotundo en mi vida. Imagina, ¿qué tan lejos podrías llegar con el poder de la intención? 

Solo tú tienes la respuesta.