Cada situación es importante. Nuestra estima debe estar basada en nuestra coherencia y no en nuestros logros. Cuando mencionamos el término “estima” una lluvia de conceptos y significados vienen a nuestra mente.
Pensamos que estima es tener una buena posición económica, un máster, un título universitario, un apellido, sin embargo todos estos son mitos que hoy necesitamos erradicar de nuestra mente para poder asentar nuestra estima sobre un cimiento sólido.
El libro del evangelio de Mateo dice: “Un hombre sabio edificó su casa sobre la roca, cayó la lluvia, vinieron las tormentas, soplaron los vientos y azotaron aquella casa, pero ésta no se cayó porque había sido fundada sobre la roca. Un hombre insensato edificó su casa sobre la arena, cayó la lluvia, vinieron las tormentas, soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y cayó, y grande fue su destrucción.”
¿Sobre qué conceptos está establecida tu estima, sobre una base sólida y creencias certeras o bajo aparentes significados de la palabra estima o sobre la base de lo que otros dicen que es estima? El 10% de la población del mundo sufre depresión.
Se calcula que hay más mujeres que hombres con depresión, y el 90% de los suicidios es a causa de la depresión. No todo depresivo se suicida, pero la gran mayoría de la gente que se quita la vida es porque tiene depresión.
Cada situación es importante
Cuando una persona tiene depresión tiene un montón de síntomas: no hay ganas, lo que antes lo atraía ahora ya no lo hace, la persona no tiene ganas de comer o se come todo. No tiene ganas de dormir o duerme todo el día, se aísla, pierde la energía, tiene pensamientos negativos, baja estima, fantasía de suicidio, falta de concentración, etc.
El doctor William Backus, un reconocido terapeuta en los Estados Unidos, dice que todo depresivo tiene tres creencias falsas en la cabeza. Tres ideas falsas, tres semillas. Cada pensamiento, cada palabra que uno recibe es una semilla, y si esa palabra, que es una semilla, es mala, esa palabra entra en nuestra mente y provoca depresión, y las tres ideas que son falsas, que son malas y tienen que ver con la depresión son:
- No soy bueno.
Es decir, soy inútil, soy un fracaso, no sirvo para nada, no me lo merezco, en resumen es, no soy bueno. - Mi vida diaria no es buena.
No me interesa nada, no me motiva nada, para mí es todo lo mismo, no me motiva mi presente, no hay nada que me atrae. - Mi futuro es incierto.
Mi futuro va a ser peligroso, mi futuro va a ser malo, mi futuro va a ser negativo. Entonces no soy bueno, mi vida diaria no es buena o nada me atrae, nada me motiva o no hay nada interesante en mi presente y mi mañana va a ser peligroso, incierto, sin esperanza, etc.
Forja tu estima con positivismo
Nuestra estima se va formando desde el momento en que nacemos y ella dependerá en sus comienzos de las palabras. De los abrazos, de la contención y del afecto que hayamos recibido de nuestros padres o de los seres más allegados. A partir de allí nuestra estima se va gestando. A través de lo que recibimos de los otros, de sus palabras y de lo que nosotros creemos de nosotros mismos.
Sin embargo, pasar por dificultades, por circunstancias dolorosas no implica no tener estima. Todo lo contario, todas las situaciones nos preparan para consolidar y afirmar nuestra estima. Cada logro, cada éxito, cada fracaso que logramos revertir asienta nuestra estima y la hace cada vez más fuerte. Puedes tener un millón de dólares en el banco y sentir que tu vida no vale la pena. Puedes tener 100 dólares ahorrados en un banco, tener un trabajo normal y saber que día a día estás forjando tu destino y vas camino a tus sueños.
La primera premisa que tenemos que plantar en nuestra mente es una semilla inteligente, que es: Todavía me falta seguir aprendiendo. Esto es lo que sabe una estima sólida, que no es perfecta, que está en construcción, que va camino a mejorar cada día, que no sabe todo pero que cada día que pasa sigue aprendiendo. Entonces, lo primero, lo más importante por cada situación que pasamos. Es ser capaz de preguntarnos: ¿Qué puedo aprender de esta situación, qué puedo aprender para seguir creciendo? ¿Qué tengo que aprender que todavía no sé? ¡Quiero seguir creciendo, quiero seguir avanzando!
Un abrazo,
Elías Berntsson