El Fracaso es un Gran Maestro. Todos los ganadores han sido perdedores en algún momento. Todo campeón ha quedado en segundo lugar antes. A Roger Federer se le considera uno de los mejores jugadores de tenis de todos los tiempos, sin embargo, él no gana todos los partidos.
También hace algunos tiros malos que acaban en la red, hace servicios que terminan fuera del área. En cada partido, falla docenas de veces en colocar la pelota donde quiere.
Pero, si Roger se diera por vencido cada vez que hace un tiro fallido, se convertiría en un fracasado. En lugar de eso, aprende de sus errores y se mantiene activo en el juego. Por eso es un campeón. ¿Federer siempre trata de lograr el tiro perfecto y de ganar cada juego? Claro que sí. Y tú también debes hacer eso sin importar a lo que te dediques. Trabaja duro, practica, domina los rudimentos siempre trata de dar tu mejor esfuerzo. Ya sabes que algunas veces fracasarás porque el fracaso es el camino al dominio total.
Al hermano menor de Nick Vujicic le gusta molestarle respecto a los primeros años de su carrera como orador. En aquel entonces a Nick le costaba trabajo encontrar un público. Le rogaba a las escuelas y organizaciones que le dieran la oportunidad de hablar ante su público, pero la mayoría se negaba porque sentían que el era demasiado joven, que no tenía experiencia o, quizás les parecía raro. A Nick esto le resultaba frustrante, pero sabía que todavía estaba aprendiendo a colgarse de las lianas, que apenas estaba descubriendo lo que se necesitaba para ser un orador exitoso.
El Fracaso es un Gran Maestro
Cuando Aarón estaba en la preparatoria, llevaba a Nick en coche a dar una vuelta por la ciudad para ver si encontraban por lo menos algunas cuantas personas que estuvieran dispuestas a escucharle. Les hablaba sin cobrar, sólo quería tener la experiencia. Pero, incluso entonces, a Nick le parecía que el precio era demasiado alto. Nick llamo a la mayoría de escuelas de Brisbane para ofrecerles sus servicios, sin cargo. Al principio, la mayoría le rechazó, pero cada ‘no’, le hizo esforzarse más para los siguientes ‘sí’.
“¿Nunca te rindes?” le solía preguntar Aarón. Nick no se rendía porque sentía tanto dolor cada vez que le rechazaban, que sabía que ésa era su pasión. En verdad quería convertirse en orador. Pero, incluso cuando lograba encontrar un público dispuesto a escucharle, no siempre salían bien las cosas. Una vez, en una escuela de Brisbane, comenzó muy mal. Algo le distrajo y no pudo volver al camino. Estaba sudando y se notaba en su camisa. Se repitió demasiado, quería meterse en un agujero y que nunca le volvieran a ver.
Enfócate más en tus sueños
Le fue tan mal que pensó que se correría la noticia y nadie le pediría hablar en público por el resto de su vida. Cuando terminó y se fue de la escuela, sintió que iba a ser el hazmerreír y que su reputación estaba acabada. Nosotros podemos ser nuestros críticos más severos, así sucedió con Nick aquel día. Pero esa presentación tan fallida le hizo enfocarse más en su sueño. Trabajó para perfeccionar la forma en que se dirigía al público. Cuando aceptas que la perfección es tan sólo un objetivo, ya no cuesta tanto trabajo manejar las metidas de pata.
Cada mal paso es, de cualquier forma, un paso, es otra lección aprendida, otra oportunidad de hacer las cosas bien para la próxima vez. Si fracasas y te rindes, nunca te vas a levantar. Pero si aprendes la lección del fracaso y sigues esforzándote, llegarán las recompensas, no sólo recibirás la aprobación de otros, también te sentirás gratificado al saber que estas aprovechando al máximo cada uno de los días que se te han concedido. Recuerda que El Fracaso es un Gran Maestro.
Un abrazo,
Elías Berntsson