Invierte en ti mismo… A todo el mundo le gusta el dinero. Y es normal que así sea. El dinero nos permite acceder a un montón de cosas que nos proporcionan bienestar. Con dinero te puedes comprar una casa confortable, un coche, ropa bonita. El dinero hace posible una buena educación para tus hijos. Te permite viajar y conocer esos lugares que ves en las películas y en los libros y que siempre sueñas con visitar. Con dinero puedes halagar a aquellos a los que quieres, hacerles regalos, invitarlos a restaurantes y a salidas que les gustan.
Con dinero puedes intentar mejorar algunas situaciones de la gente, ayudar a quienes lo necesitan, a esas personas, conocidas o no, que han perdido sus trabajos, que no tienen con qué alimentarse ni vestirse ni dónde vivir. Puedes apoyar a ese amigo que necesita un préstamo para revitalizar su negocio, a un vecino que tiene que comprar medicamentos, a las organizaciones sociales que trabajan por el bien de los demás. El dinero puede contribuir a que vivas mejor porque te acercan objetos y situaciones que te producen satisfacción porque te gustan o porque ves a otros disfrutar. Y eso te hace feliz.
La obsesión con el dinero
Pero el dinero también encierra un desafío. El problema con él es que hay personas que se vuelven obsesivas, y que lo único que les interesa es tener mucho, muchísimo dinero. Son esas personas que viven para aumentar sus cuentas bancarias, que todo lo que hacen en la vida tiene como meta que sus millones crezcan.
Son esos hombres y mujeres que únicamente piensan en qué hacer para tener más y más, para comprar más y más, pero que no disfrutan de lo que el dinero les brinda. El dinero se vuelve para esas personas un valor en sí mismo, en lugar de ser el camino para la satisfacción personal. Ahí está la diferencia entre el dinero como un medio para lograr experiencias y el dinero como un fin en sí mismo.
2 tipos de personas
Hay una diferencia abismal entre las personas que desean ganar dinero para disfrutarlo con su familia, con sus amigos, ayudando a otros, y esas otras para las que el dinero es una meta en sí mismo. Existen en el mundo personas a las que si les preguntas “¿Para qué quieres ganar dinero?” responderán con palabras llenas de emoción y de sentimientos. Y te dirán, por ejemplo “Para que mi familia esté cómoda en una casa confortable” o “Para conocer nuevos lugares y experiencias de vida”, o “Para ayudar a mi amigo que lo pasa fatal”.
Esas personas son las que viven el dinero como un medio, como una herramienta para mejorar su vida. En cambio, hay quienes responderán a la misma pregunta diciendo “Porque quiero el mejor coche para impresionar a todo el mundo”, “Para tener la casa más cara”, “Para comprar todo lo que quiero”. Si observas detenidamente estas respuestas, reconocerás la diferencia esencial entre las personas para las que el dinero es un medio y las otras para las que es un fin. Y en base a esta diferencia, hay gente que considera que el dinero es el origen de todos los males. Grave error. El dinero no es responsable de nada.
Tu vinculo con el dinero
Una persona no es mejor ni peor que otra porque desee tener o no dinero. Somos nosotros, las personas, los únicos responsables de nuestra vida y de cómo la vivimos. ¿Y sabes? Nuestra vida interior, esa parte de nosotros que es la esencial porque es lo que somos, en realidad, determina esa relación con el dinero. Puedo decirte con total certeza que nuestras emociones y nuestra forma de ver a los demás y de vivir las experiencias de la vida, determinan en gran medida nuestro vínculo con el dinero, cómo nos relacionamos con él. Y hasta constituye una parte fundamental de nuestras inversiones.
Un punto importante: tu estado emocional
Aunque te parezca extraño lo que digo, es así. Las inversiones para ganar dinero no solo tienen que ver con el mundo exterior, con esos negocios que realizas, con el salario que percibes y con cómo lo usas. Nuestras inversiones tienen que ver también con nuestras actitudes, con la forma cómo nos movemos en el mundo. Y fundamentalmente, las inversiones se apoyan y se sostienen en la manera de relacionarnos con las otras personas.
Tú mismo puedes hacer buenas o malas inversiones. Para ganar dinero, elegirás determinadas actividades que crees que te proporcionarán dinero e invertirás algún capital, tiempo y esfuerzo en ellas. Y esas inversiones podrán resultarte buenas o malas, es decir, funcionarán de acuerdo con tus expectativas o no. Los economistas y expertos en inversiones son especialistas en esto, y pueden asesorarte en este asunto.
Pero yo tengo para decirte algo que es fundamental para que las inversiones resulten exitosas y que seguramente los profesionales de la economía no te advertirán. Invertir para ganar dinero no solo implica actividades típicamente económicas. No solo se trata de buenas decisiones de qué hacer con tu dinero o en qué trabajar para tener ganancias. Las buenas inversiones requieren de una actitud emocional que te permita asumir tu posición en el mundo. ¿De qué estoy hablando? De cómo te paras frente a las otras personas, de lo que sientes cuando te relacionas con los demás.
Esto te perjudica
Existe una inversión que te perjudica muchísimo, y que puede hacer fracasar toda tu vida. ¿Cuál es? Juzgar a los demás. Cuando juzgas a otros, gastas energía y esfuerzo en algo que no te hará ganar nada, sino que, al contrario, te hace perder. Cuando juzgas a los demás te envuelves en burbujas de odio y de ignorancia. Piénsalo. ¿Mejoras algo cuando juzgas a otra persona? ¿Esa otra persona cambia cuando tú la juzgas? Pues no, ni lo uno ni lo otro. Tú no ganas nada, al contrario, atraes negatividad. Y el otro, el juzgado, muchas veces ni se entera de que lo estás haciendo, y si lo hace, probablemente no le importará en lo más mínimo pues en nada lo ayudará tu juicio.
Juzgar es siempre una mala inversión. Piensa. ¿Eres de los que juzga a las personas que tiene cerca? ¿Opinas que este es perezoso, o aquel conformista o perdedor? Si lo haces, reflexiona acerca de lo que logras con estos juicios. Y, especialmente, piensa en qué te basas para juzgarlos. ¿Te consideras libre de defectos como para criticar a quienes los tienen? ¿Tú no haces nada mal? No quiero decir con esto que aceptes la pereza, el conformismo o la pobreza. No se trata de eso. No juzgues al pobre, al perezoso, al conformista.
Mi propuesta
Mi propuesta es que inviertas en actitudes que sí serán beneficiosas para ti y tus negocios, y también para los demás. Te propongo que en lugar de juzgar por lo que consideras los defectos de las personas, te centres en sus virtudes, en lo que tienen de bueno. ¿Qué pretendes lograr cuando juzgas y criticas a alguien? ¿Acaso crees que lo mejoras y que lo ayudas? ¿Te sirve para algo a ti mismo? No y siempre no. Juzgar a los demás no hace bien a nadie.
Pero además, ¿en qué te basas para ese juicio? ¿Qué te hace decir que una persona es buena o mala gente, trabajador o haragán, solidario o egoísta? Piensa que cuando lo haces, solo estás valorando sus apariencias, lo que a simple vista ves. Pero ¿conoces el pasado de esa persona? ¿Conoces cuáles fueron sus modelos, con qué valores fue educado, si realmente tuvo amor? ¿Estuviste ahí cuando necesitó apoyo?
Tienes que ponerte en el lugar del otro, en su piel y en sus zapatos para entenderlo. Y de esta manera podrás reconocer que pese a todo lo que no te gusta de él, tiene fortalezas, rasgos positivos, cosas buenas para destacar. De esta manera estarás haciendo una excelente inversión, porque este cambio de enfoque te traerá satisfacciones y te sentirás positivo. Y, además, es posible que descubras en el otro, valores y virtudes que podrás apoyar para que mejore.
La mejor inversión
¿Y cómo esta inversión impactará en la otra, en la exclusivamente económica? Entenderás que los resultados financieros en la vida no tienen que ver exclusivamente con los títulos que tengas, con la experiencia que hayas logrado, con todo el tiempo que trabajas, sino con la manera en la que haces sentir a las personas. Las personas te muestran tu propio reflejo. Son como espejos que te devuelven una imagen de ti. Cuando solo juzgas y criticas, en realidad estás reconociendo tus propios defectos y los estás proyectando en los demás.
Y esta actitud te desgasta, te consume, te debilita. Es momento de acompañar tus acciones con esta inversión que es cambiar de actitud frente a los demás. Será una inversión segura que te traerá buenas ganancias emocionales que te harán feliz. Y como consecuencia, las otras inversiones, las que mantienes en el terreno puramente económico, también te harán sentir mejor, porque una atmósfera de efectos positivos te envolverá. Tú eres el dueño de tu propia vida y decides cómo vivir. Invierte en tu felicidad.
Inspirado en vídeo de Juan Diego Gómez: “Un hábito que te hará ganar millones”
6 comentarios en “Esta Inversión te Hará Ganar una Fortuna – Invierte en ti Mismo”
???????????????????????? millones de bendiciones para ud de nuestro universo grande bello ????????
Saludos, ¡un Abrazo!
Muchas gracias por sus comentarios, debemos aprender a valorarnos y siempre se necesita de alguien para que nos diga que estamos haciendo mal
Hola Alexandra. Efectivamente es así. ¡Un abrazo!
Ciertamente, Laura. ¡Un abrazo!
Excelente , para reflexionar y cambiar , gracias