La Magia de Atraer lo Positivo. Desde ya mismo prepárate para iniciar esta nueva aventura que te orientará paso a paso a desarrollar la habilidad de atraer la vida que deseas. Después de que interiorices este aprendizaje y lo hagas parte natural de tu rutina, los resultados se podrán percibir como ¡sorprendentes y mágicos!
En esta primera parte se abordará la práctica de las afirmaciones, ¿por qué? porque el poder de la palabra es notorio en cualquier ámbito de la vida, además es lo más básico, de donde parte todo lo demás. La continua repetición de determinado tipo de palabras puede modificar el estilo de tu forma de pensar.
Y esto, genera una clase de emociones en particular, lo que conlleva a asumir cierta actitud que propiciará que se tengan determinados comportamientos. La repetición de tales comportamientos crean los hábitos y finalmente, esos hábitos son los que generan los resultados positivos o negativos en la propia vida.
Como ves, se trata de un proceso en cadena:
Primero, palabras y afirmaciones.
Segundo, pensamiento.
Tercero, emociones y sentimientos.
Cuarto, actitud y comportamiento.
Y Quinto, hábitos de la personalidad con los correspondientes resultados.
La Magia de Atraer lo Positivo: Un proceso dinámico
Cabe mencionar además, que se trata de un proceso dinámico (no rígido), que asimismo, se retroalimenta sucesivamente volviéndose un circulo vicioso y lo más importante, es un proceso susceptible de modificarse y de mejorarse en aras de obtener resultados mucho más satisfactorios.
Ahora bien, volviendo al punto de partida: las afirmaciones, ¿qué son específicamente? Son palabras que vienen cargadas de una energía positiva. La energía es literal, es real y como tal provoca una sensación. Así, por ejemplo, imagina que alguien te dice: “Te quiero con todo mi corazón”, ¿qué sientes?, pero luego, esa persona te dice: “¡Qué torpe eres, nunca te portas como yo esperaba!”, ¿qué sientes ahora? Seguramente son dos sensaciones opuestas para frases muy distintas.
Pero todo no termina aquí. ¿cómo te inclinarías a responder? En el primer caso, lo más probable es que te muestres amable. Pero en el segundo caso, lo más “normal” es que muestres seriedad. Lo que lleva a la otra persona a asumir otro comportamiento compatible con esa respuesta y así sucesivamente…
Lo ideal (pensaríamos muy adentro) es que sea el otro quien comience con el cambio positivo para que “nos facilite a nosotros la tarea”. Pero la realidad es que todo cambio debe iniciarse por uno mismo porque sencillamente no se puede ni es conveniente estar a merced de los demás ni dependiendo de lo exterior. O de lo que está fuera de nuestro control.
Es impresionante el poder de la palabra.
Hace algunos años Masaru Emoto (investigador japonés) realizó un experimento en el que fotografió a nivel microscópico las moléculas de agua resultantes de estar expuestas a ciertas palabras y frases. Así, encontró que las moléculas de agua expuestas con frecuencia por ejemplo a las palabras: “gracias”, “amor y comprensión” adquirían estructuras delicadas, simétricas y organizadas. Mientras que las moléculas de agua expuestas a palabras como: “demonio”, “me das asco”, creaban formas caóticas, fragmentadas y turbias.
Entonces, si el agua cambia con base en las palabras empleadas. ¿cómo no cambiaremos nosotros mismos física y mentalmente sabiendo que somos seres conscientes y que además la mayor composición de nuestro cuerpo es de agua? ¿cómo podemos empezar a afectar positivamente nuestras vidas con el uso de la palabra? ¿cuáles son aquellas palabras positivas que más nos impactan? ¿cómo podemos generar tal impacto positivo tanto en nosotros mismos como en los demás? ¡Reflexiona sobre esto unos instantes…!
Manos a la obra:
Te propongo que realices el siguiente ejercicio muchas veces al día (durante mínimo 21 días), sin que esto signifique abandonar la práctica pasado este tiempo, sino que simplemente luego podrás disminuir la frecuencia a una cantidad que sientas razonable y cómoda de tal manera que puedas ir incorporando las otras sugerencias de los siguientes artículos para que no te satures con tantas actividades a la vez y haya así mayor efectividad.
El ejercicio puede ser tan agradable como lo desees y consiste en repetir las siguientes frases:
“Soy amor, soy salud, soy prosperidad, soy felicidad”
“Cada vez me siento mejor, mejor y mejor”
“Me libero del pasado y sano cada una de mis experiencias”
“Desde mí, brindo lo mejor al mundo y todo lo deseado llega a mí multiplicado”
“Lo siento, perdóname (aquí tu nombre) te amo, gracias”
Aspectos clave a tener en cuenta:
Necesitarás repetir estas frases muchas veces, todas las que puedas. Te recomiendo que repitas en calma 10 veces cada una de ellas, cada hora. De este modo, se estima que te tomaría entre cinco a diez minutos cada hora.
Intenta sentirte cómodo y relajado mientras lo haces. Evita la rigidez y la tensión que se deriva de por ejemplo, ver el reloj, verificar si lo estarás haciendo correctamente o pensar en otros asuntos.
Respira profundamente antes de decir cada frase.
“Inyéctales” energía positiva a tus declaraciones, es decir, intenta “sentirlas” mientras las pronuncias dándote cuenta de que “ya” son tu realidad. También, haz una exclamación con cada una teniendo una pausa entre frase y frase, entonalas, acentualas y mientras tanto, mantén tu rostro relajado, tu mirada fija y tu sonrisa de par en par.
Realízalo frente a un espejo y haz gestos o expresiones que sean coherentes con lo que estás afirmando.
Al principio puede que te sientas un poco “extraño” dada la poca familiarización con el ejercicio, pero por favor, aún así, persevera. Si confías, cada vez te sentirás mejor, La Magia de Atraer lo Positivo. ¡ya lo verás!