Tropezar con la Misma Piedra. Muchas personas se preguntarán por qué tropiezan una y otra vez con el mismo obstáculo. ¿No “debería” aprenderse de los errores previos cometidos? Es allí precisamente cuando uno se da cuenta de que aún no se ha aprendido la lección relacionada con ese tipo de tropiezo.
Más cuando en realidad se ha asimilado e interiorizado en nuestro ser, ya no se hace necesario volver a pasar por lo mismo. Es entonces, viendo los tropiezos como una oportunidad de crecimiento y no como una calamidad que el destino pone en el camino, la mejor manera de superarlos y de trascender la posible sensación desagradable de ese momento.
No es casualidad, por ejemplo, que alguien propicie de manera repetida un mismo evento: enamorarse de alguien que ya tiene pareja, relacionarse con personas que terminan maltratándola, no recordar en dónde dejó algo, etc., lo cual puede ser en la mayoría de los casos algo inconsciente e incluso, puede que pase toda una vida y a la persona ni se le ocurra ponerse a pensar por qué le sucede aquello varias veces.
Por lo tanto, recuerda que todo tiene un sentido y que de toda experiencia se puede aprender. Tómalo como un regalo de la vida y evita quejarte. Aún si crees que son muchas las veces que te has equivocado en determinado aspecto, deja de lado cualquier clase de autocrítica que no te ayuda en nada sino que por el contrario, solo te vuelca sobre el pesimismo y por ende, en la creación de más situaciones negativas.
Para aprender la enseñanza que la vida te ofrece a través de aquellos eventos indeseados y no volver a tropezar con estos mismos de manera continua es importante que sigas las siguientes recomendaciones:
Primero
Reconoce cómo percibes aquello que te ha ocurrido o qué ideas tienes frente a esto y también, cuáles son las emociones más intensas que presentas.
Segundo
trata de recordar qué pensaste y qué sentiste aquellas otras veces en que has estado en una situación similar (esto también tiende a repetirse).
Luego, pregúntate qué mensaje te deja aquella experiencia y qué opciones tienes para resolverla, solucionarla, manejarla, asimilarla o controlarla, ya que en determinado momento no siempre es posible darle solución definitiva a la situación porque aún falta desarrollar más ciertos recursos personales.
No obstante, podrás al menos sobrellevar la situación, disminuyendo los posibles estragos que te pueda generar y ya después, poco a poco con la experiencia podrás solucionar un problema en su totalidad o con alta eficacia, puesto que ya has pasado por lo mismo en otras ocasiones.
Esa esa precisamente la ventaja de tropezar tantas veces con la misma piedra. Adquirir experiencia. No hay por qué sentirse mal ni en desventaja con respecto a otras personas. Dado que cada quien tiene sus respectivos aspectos en los cuales requiere “pulirse” o mejorar. Lo que atrae los eventos necesarios que le permiten fortalecerse en ese aspecto. Poniendo en práctica lo aprendido hasta el momento.
Debes hacer cambios
Para que hayan resultados distintos es absolutamente necesario llevar a cabo acciones distintas. También esto es necesario para salir del circulo vicioso en donde acciones inadecuadas llevan a resultados negativos. Y ello a su vez lleva a emociones indeseadas que hace que las actitudes sean poco favorables y nuevamente induzca a acciones que no convienen. Mientras así sucesivamente se va repitiendo el ciclo.
Permítete caer muchas veces si fuera el caso. Pero eso sí: no te rindas y vuélvete a levantar desde donde hayas quedado. Llénate de mucho amor propio. Pues, si lo tienes puedes tenerte la suficiente paciencia y darte ánimos en todo tiempo, lugar y circunstancia.
Igualmente, toma consciencia de los pensamientos que presentas con mayor frecuencia y reconoce que tu dialogo interior está afectado por estos. Imagínate, por ejemplo, cómo puede actuar alguien a quien todo el tiempo se le está diciendo: “Eres un torpe”, “Siempre te pasa lo mismo, ya no tienes remedio”, “Parece que nunca vas a aprender”, “Tienes mala suerte”, “Era obvio que pasara eso contigo”, “Te lo mereces”, “la vida te está castigando”, etc.
Qué te parece si en lugar de eso, comienzas desde ahora mismo a hablarte de la siguiente manera basándote en pensamientos positivos: “Siempre puedo levantarme de cada tropiezo y seguir delante de nuevo”, “Con cada caída me vuelvo cada vez más resistente”, “Aprendo cada vez más con cada obstáculo por el que tengo que atravesar”.
Si te preocupas mucho de estar cometiendo los mismos tipos de errores, intenta relajarte poniéndole un poco de humor a la situación.
Encuentra el lado gracioso y curioso detrás de todo, al fin y al cabo la equivocación cometida no fue cuestión de vida o muerte ¿verdad?, tal vez no fue para tanto como para recriminarte por ello. Tal vez, si observas a tu alrededor encuentres personas que no solamente igual que tú estén tropezando con la misma piedra, sino que ellas a diferencia que tú estén tropezando con piedras más gigantescas y puntiagudas, así pues, todo es relativo. Lo aparentemente grave se disipa y tú recobrando la fe en tus capacidades, así como lleno cada vez más de experiencia consigues avanzar por el camino que hayas elegido.