Elimina las dudas. Básicamente tu trabajo de limpieza en esta zona implica correr riesgos. ¡Hacer cosas! decidirte a ser diferente de lo que te han enseñado a ser es lo que te conviene cuando esas reglas ya no funcionan. Eh aquí algunas tácticas que te serán útiles para salirte de tus hábitos de los “debería”:
Empieza echando una ojeada indagatoria y profunda a tu comportamiento y pregúntate a ti mismo por qué te estás cargando con tantos “deberías”. Pregúntate a ti mismo si realmente crees en ellos, o si simplemente te has acostumbrado a comportarte de esa manera.
Elimina las dudas
- Piensa en todas las normas que cumples y respetas y que no te parecen pertinentes. Esos estúpidos comportamientos convencionales de los que tanto te quejas y de los que no te puedes liberar. Luego, haz tus propias “normas de conducta” escogiendo las que tengan más sentido para ti. Anótalas aunque en este momento no te sientas capaz d vivirlas.
- Empieza a crear tus propias tradiciones. Por ejemplo, si siempre has decorado tu árbol de Navidad la víspera de Navidad y prefieres hacerlo tres días antes, empieza una nueva tradición, una tradición que tenga sentido para ti.
- Organiza una reunión de consulta con tus parientes y amigos para discutir las múltiples normas de conducta que todos seguís y que no os gustan o encontráis desagradables. Quizás entonces, podréis formular unas nuevas normas que a todos os parezcan más razonables. Te darás cuenta de que las viejas normas siguen vigentes porque nadie ha pensado seriamente en desafiarlas o en poner en duda su eficacia y actualidad.
- Corre el riesgo de enfrentarte u oponerte a alguna regla o política que quisieras eliminar. Por ejemplo, si eres mujer y siempre has pensado que una mujer no debe llamar a un hombre para invitarlo a salir y te encuentras sin nada que hacer un fin de semana, llama a algún amigo y ve que pasa. O, lleva de vuelta a la tienda alguna prenda de vestir que no resultó bien aunque la norma del establecimiento sea no se admiten devoluciones o no se reembolsará el dinero y enfréntate con esta política lo más eficientemente que puedas, alegando que te quejarás a los jefes si fuera necesario. No te dejes guiar por las normas de otros que terminan convirtiéndote en víctima como resultado final.
Un abrazo,
Elías Berntsson
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